Mi Sombra

**Areesa** Vie Nov 14, 2008 9:36 pm

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Bueno esta es un ejercicio de Lengua que consistía en hacer una historia con una serie de elementos que daban en el libro y a mí me salió esto. Lo cuelgo porque como somos tan pocos, para animar un poco el foro Very Happy

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Autor: Yop, Areesa.

Título: Sombra. (se tenía que llamar así, no es mi decición, a lo mejor lo cambio después)

Género: Se supone que debe ser de terror pero por el momento es un género sin definir por el ser humano xD.

Sin más preámbulos os dejo el relato. Es corto y ya sé que podría desarrollarse más, pero era un ejercicio de lengua y no iba a escribir una novela entera

Sombra

«Vosotros, los que leéis, aún estáis entre los vivos; pero yo, el que escribe, habré entrado hace mucho tiempo en la región de las sombras…»
Todo ocurrió una despejada y tranquila noche.
Esa noche nos reunimos, como cualquier viernes, en el claro del bosque que solíamos frecuentar. Trajimos comida y bebida, como siempre; y todo ocurría, dentro de lo que cabe, tranquilamente.
Hasta medianoche, cuando todo cambió…
De pronto, de entre los árboles se empezaron a oír susurros ininteligibles y cuando quisimos darnos cuenta todo estaba cubierto por una espesa neblina. Todos estábamos desconcertados y algunos hasta pensaron que era una broma, pero no lo era. Todos oímos con perfecta claridad aquel grito que rompió el silencio reinante en el lugar; y al que sucedieron, en cuestión de segundos, otros alaridos más. Fue visto y no visto, todos empezaron a correr, huyendo de algo que yo no alcanzaba a comprender. Hasta que vi el motivo de toda aquella algarabía. Eran unas siluetas apenas, pero unas escalofriantes siluetas, capaces de inspirar terror hasta en el más valiente aventurero. Parecían criaturas humanoides un poco encorvadas, con unas espantosas garras en lugar de manos y unos colmillos mucho más largos que los de cualquier otro ser; pero lo que más terror me inspiró fueron sus ojos, rebosantes de ira, dolor, desprecio y una letanía de sensaciones horribles e indescriptibles.
Mi instinto actuó por mí y cuando me di cuenta estaba participando en una alocada carrera por salvar la vida. Vi a algunos de mis compañeros tropezar con raíces y pequeños arbustos y caer, pero no los ayudé a levantarse, no podía, ellos iban detrás de mí, lo sabía; si les ayudaba moriría. Corríamos y corríamos pero nunca llegábamos a ningún sitio. Cada vez éramos menos y, de algún modo, sabíamos que todos acabaríamos como nuestros compañeros, devorados por aquellas bestias. Lo sabíamos pero no lo queríamos aceptar, queríamos luchar contra el destino y sobrevivir.
Queríamos, pero ya no; sólo queremos que esto acabe de una vez…
Ahora, cuando ya empieza a clarear, hemos parado de correr, exhaustos. Se pueden escuchar los aullidos lejanos rompiendo el tenso silencio que nos rodea. Nos encontrarán, no lo dudo, y acabarán con nosotros. Todos estamos ensimismados, tratando de dar un poco de sensatez a los hechos de la noche anterior, pero no parece una tarea fácil.
De todos los que nos encontrábamos en aquel claro ahora solo vivimos 5, y no será por mucho tiempo. Cuando se cansen de jugar con los cuerpos sin vida de nuestros camaradas vendrán a por nosotros. Es inútil intentar escapar. No, ni siquiera lo intentamos, no tenemos fuerzas ni ganas para huir. Aunque quizás no sea tan malo morir, si viviésemos lo haríamos en un tormento, recordando a los amigos del pasado.
No sé muy bien para qué escribo esta historia, es muy probable que nadie a lea; y si lo hace es muy probable que no la crea. Pero igualmente escribo. Supongo que porque cuando uno sabe que va a morir teme que nadie le recuerde, que se le olvide de la noche a la mañana. Aunque estoy empezando a aceptar que esto nadie lo leerá y se me dará por desaparecido, como a muchos otros, desconociendo mi verdadero destino.